Hay varios pasajes en la Biblia que nos recuerdan que debemos cuidar nuestras palabras porque lo que decimos tiene mucho poder; por esta razón, se hace hincapié en el dominio propio y en ser gentiles con lo que hablamos.
Estos versículos bíblicos nos recuerdan la importancia de domar la lengua y de ser cuidadosos con lo que hablamos.
VERSÍCULOS BÍBLICOS ACERCA DE DOMAR LA LENGUA
Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.
Salmos 34:13 (RVA-2015)
Me dije: «Tendré cuidado con lo que hago y no pecaré en lo que digo. Refrenaré la lengua cuando los que viven sin Dios anden cerca».
Salmos 39:1 (NTV)
Señor, pon un vigilante en mi boca; ¡ponle un sello a mis labios! No dejes que mi corazón caiga en la maldad, ni me dejes cometer actos inicuos, ni que me junte con los malvados y participe en banquetes de malhechores.
Salmos 141:3-4 (RVC)
Hablar demasiado conduce al pecado.Sé prudente y mantén la boca cerrada. Las palabras del justo son como la plata refinada; el corazón del necio no vale nada. Las palabras del justo animan a muchos, pero a los necios los destruye su falta de sentido común.
Proverbios 10:19-21 (NTV)
La boca del justo da sabios consejos, pero la lengua engañosa será cortada.
Proverbios 10:31 (NTV)
Las palabras dichas a tiempo son como manzanas de oro con adornos de plata.
Proverbios 25:11 (TLA)
Lo que ustedes enseñan es tan malo como el veneno de una serpiente. ¡Claro! ¿Cómo van a decir cosas buenas, si ustedes son malos? Porque si alguien es bueno, siempre dice cosas buenas, y si es malo, siempre dice cosas malas.
Mateo 12:34-35 (TLA)
Si alguien se cree muy santo y no cuida sus palabras, se engaña a sí mismo y de nada le sirve tanta religiosidad.
Santiago 1:26 (TLA)
Es cierto que todos cometemos muchos errores. Pues, si pudiéramos dominar la lengua, seríamos perfectos, capaces de controlarnos en todo sentido.
Podemos hacer que un caballo vaya adonde queramos si le ponemos un pequeño freno en la boca. También un pequeño timón hace que un enorme barco gire adonde desee el capitán, por fuertes que sean los vientos. De la misma manera, la lengua es algo pequeño que pronuncia grandes discursos.
Así también una sola chispa puede incendiar todo un bosque. De todas las partes del cuerpo, la lengua es una llama de fuego. Es un mundo entero de maldad que corrompe todo el cuerpo. Puede incendiar toda la vida, porque el infierno mismo la enciende.
El ser humano puede domar toda clase de animales, aves, reptiles y peces, pero nadie puede domar la lengua. Es maligna e incansable, llena de veneno mortal. A veces alaba a nuestro Señor y Padre, y otras veces maldice a quienes Dios creó a su propia imagen. Y así, la bendición y la maldición salen de la misma boca. Sin duda, hermanos míos, ¡eso no está bien! ¿Acaso puede brotar de un mismo manantial agua dulce y agua amarga? ¿Acaso una higuera puede dar aceitunas o una vid, higos? No, como tampoco puede uno sacar agua dulce de un manantial salado.
Santiago 3:2-12 (NTV)
Artículo producido para radio cristianaCVCLAVOZ